martes, 6 de febrero de 2007

UN VIAJE A LA NOSTALGIA (I) "La nostalgia no es un error"








LA NOSTALGIA NO ES UN ERROR
Rodrigo D’Ávila



Alguien dijo que la nostalgia, el recuerdo henchido de melancolía evocadora de un tiempo que se
fue, constituye un error. Pienso que en efecto, el plantearse el presente desde el pasado, no vivir el hoy y deambular perdido entre las sombras del ayer es una grave equivocación que puede resultar hasta enfermiza, nociva para la salud y no ya sólo psíquica. Sin embargo, la nostalgia entendida como una disposición del ser humano a negarse a renunciar a sus raíces, a comprender e identificarse con lo que es propio a su naturaleza, a extraer experiencias de sus antiguos yerros para no repetirlos, y también, por qué no, de los aciertos al objeto de su aplicación en el futuro, y por fin incluso a la manera de simple ejercicio literario dirigido tanto a los que conocieron los hechos y así puedan renovar aquellas vivencias, como a los que no transitaron por esa senda y apenas les sirva de regocijo en la distancia; la nostalgia digo, concebida así, lejos de constituir un error representa un ejercicio pleno de vida, patrimonio exclusivo de los seres inteligentes, igual que lo pueda ser el amor, el sentido del humor, o la capacidad para la compasión.
 
Nostalgia, recuerdos... En la pluma de Machado: “Estos días azules y este sol de la infancia...” o también: “Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, / y un huerto claro donde madura el limonero;/ mi juventud veinte años en tierra de Castilla,/ mi historia algunos casos que recordar no quiero."

Sentado esto, les propongo a ustedes amigos lectores en su benevolencia infinita, un ejercicio de nostalgia. Durante las próximas entregas, contando con su gentil colaboración sin la que nada de esto sería posible, pretendo recoger en la frágil cárcel que representan un puñado de líneas, los recuerdos, mis recuerdos de una época que pasó, de una ciudad serena -que no alegre, nunca lo fue- confiada, intransigente a veces y también un punto demodé o gagá -como se dice ahora- en que la vida aparecía más tranquila, hasta aburrida a veces; si bien justo es reconocer igualmente que aún con infinitas menos posibilidades, la gente por regla general vivía en paz, disfrutando del tiempo y no acosada por él.

Serán retazos de una vida, algo así como instantáneas de momentos y sus consiguientes reflexiones a la luz de los años transcurridos que posibilitarán un fascinante -al menos eso pretendo- viaje a través del tiempo, que poco tendrá de ciencia-ficción y mucho de, parafraseando el titulo de una película, secretos del corazón.

A buen seguro la memoria flaqueará, probablemente algún dato no será del todo exacto, incluso puede que, puntualmente, las licencias literarias retoquen -que no falseen- la realidad, algo así como colocar un filtro sobre un objetivo a fin de acentuar luces o sombras o virar a sepia. Nada de esto importa, no obstante, y como no podía ser de otra manera, lo fundamental se mantendrá tal y como ocurrió o al menos como yo lo viví. Si de algo se me podrá acusar será de una pizca de parcialidad por tratar a todos -personas, lugares y sucedidos- con el cariño propio de alguien que considera a la nostalgia una fiel compañera, en especial cuando el juego, la fascinante tarea que aguarda es la pretensión de evocar recuerdos de una infancia y juventud que seguro -tampoco tenían porqué ni se les necesita- jamás volverán.

2 comentarios:

aragarmi dijo...

@Bueno, pues por mi parte será un placer seguir navegando por tus recuerdos. Llevan tu estilo muy marcado y al leerlo te escucho contarlo. Es estupendo.

un abrazo

Cecilia

Mymi dijo...

Muy bien papá, esperaré ansiosa esos recuerdos de tu infancia. Me resultará muy agradable leer algo de ti que yo no viví.

Besos. Mymi.

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